DOMINACIÓN IMPERIALISTA, SAQUEO DE RECURSOS Y CONSULTA POPULAR
Extracto de la entrevista realizada a los compañeros del Bloque Proletario Sur y la Coordinadora Campesina Popular

Desde finales del siglo XIX ya no vivimos en el capitalismo de libre competencia, hemos pasado a la etapa del imperialismo, donde los monopolios dirigen la economía y la política, son los que toman decisiones sobre qué se produce, cómo se produce, dónde se produce y cómo se distribuye. Deciden cuál es el papel que va a jugar cada uno de los países que estos monopolios dominan. Así, países como Ecuador no tienen ninguna posibilidad de decidir sobre su economía o política, ya que están totalmente supeditados a las necesidades del capital mundial. La elección de un nuevo gobierno, o las consultas populares en una semicolonia, no juegan un papel decisivo como se nos quiere hacer pensar.
Hay que señalar dos cosas fundamentales. La primera tiene que ver con la lógica del sistema de obtener ganancias cada vez mayores y que se acumulan en pocas manos. Y la segunda, que la competencia entre grupos de capitales es una competencia a muerte, que implica el abaratamiento permanente de la producción. Esto determina lo fundamental: el control de los recursos, y los mercados para vender sus mercancías, realizar sus inversiones, y conseguir mano de obra barata. Para mostrar cómo se definen estas situaciones tenemos el caso de la guerra entre Estados Unidos y Rusia, en el territorio de Ucrania. Este es un conflicto que tiene fundamentalmente el objetivo de debilitar a Rusia y que apunta a su principal recurso económico: el gas. Europa importa el 60% de gas que consume, hasta antes de la guerra su principal abastecedor era Rusia, ahora lo es Estados Unidos, vendiéndole esta mercancía hasta cuatro veces más cara. Estados Unidos no sólo ha ido por Rusia, sino también por Alemania, el principal motor económico de Europa y segundo productor mundial de manufacturas; su dependencia del gas le mantiene temporalmente fuera del juego. En ese sentido Estados Unidos aprovecha el conflicto para poner orden en su rico patio trasero que es Europa, que ha caído en una profunda recesión económica.
A la par de la crisis ecológica global que implica también el agotamiento de recursos como petróleo y derivados, presenciamos el declive del imperio estadounidense y el surgimiento de China como potencia que le disputa la hegemonía. Posicionarse como imperio implica para China extraer más recursos. Así entendemos que lo que ocurre en nuestros territorios está ligado directamente con el imperialismo. Si los imperios requieren de nuestros recursos naturales, los gobiernos de turno los van a poner en sus manos. Ya pasó durante el gobierno de Correa con la entrega de la primera gran mina de cobre: el Proyecto Mirador.
Queda claro lo fundamental que son los recursos naturales para la dinámica del sistema capitalista imperialista, y cómo las decisiones sobre estos recursos no las toman los pueblos, sino las grandes corporaciones.
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- ¿Cómo las ONGs frenan la lucha contra la explotación capitalista imperialista y cuál es el papel de las consultas populares?
El imperialismo en su estructura conecta también a las semicolonias, lo podemos ver cuando una corporación imperialista de saqueo de recursos naturales llega a una comunidad en nuestros países y son aplaudidas por gobiernos lacayos, e incluso usan las fuerzas armadas para implementar los proyectos.
Con ello es fácil entender algunas cuestiones sobre el objetivo entorno a estos eventos electorales. La burguesía utiliza esta famosa falacia de la participación, llevando a las masas a las urnas, incluso hacen creer que gente de orígenes populares puede llegar a ser candidato y elaborar algunas leyes y reformas para transformar las cosas bajo el régimen del Estado burgués. Las masas oprimidas no definen nada, porque todo ya está definido. Estos brochazos de participación no van a cambiar la estructura económica o la política del Estado opresor. Esta es la trampa más descarada que hacen las clases dominantes para legitimar su forma de control político. La democracia dentro del sistema actual es una farsa, para los comunistas esta es una forma de dictadura de la minoría opresora, de las conexiones existentes entre el imperialismo extranjero con sus cómplices locales.
Pero, entendiendo la dinámica de los países imperialistas que nos tienen secuestrados saqueando los recursos naturales, ¿Cómo se puede pensar cambiar por medio de una consulta promocionada por una ONG? En Ecuador, en febrero de 2018, ya se hizo una consulta sobre minería, después que los proyectos mineros cobraron más fuerza. Así fue el caso de Mirador en Tundayme-Zamora Chinchipe, que entró en su fase de explotación y saqueo. Al igual que los gobiernos “neoliberales”, también los gobiernos del socialismo del siglo XXI son lacayos y serviles del imperialismo, especialmente chino. Lo demuestra el saqueo de minerales, principalmente oro y cobre, iniciado con los proyectos Fruta del Norte y Mirador.
Además, algunos grupos específicos de la pequeña-burguesía y burguesía hacen negocio del ecologismo, le hacen creer a la gente que puede haber transformación desde este tipo de consultas. Son cómplices de la dominación. Crean la ilusión de que por dejar intactas unas cuantas hectáreas vamos a cuidar la naturaleza, salvar la Amazonía y a los pueblos originarios. Todo eso es idealismo y fantasía.
Ahora, ¿cuál es el papel de las ONGs? Éstas aparecieron después de la Segunda Guerra Mundial, dando ayuda humanitaria frente a los efectos colaterales producto de la guerra. En América latina lo hicieron tras la violación de derechos humanos en las dictaduras militares de los 60 y 70, pero en los ochenta se convirtieron en agentes políticos del imperialismo, confundiendo y desmovilizando toda protesta social. Mucha de la intelectualidad de izquierda, autodeclarados “marxistas”, fue a parar como peones y burócratas de las ONGs.
Entendiendo que los conflictos ambientales iban a ser parte de la dinámica de movilización popular, las ONGS trabajaban para que esas protestas no rebasaran los parámetros de la legalidad burguesa. Desde el comienzo de nuestra experiencia en la lucha antiminera, los conflictos con las ONGS estuvieron presentes. Fue así que cuando pusimos sobre la mesa el debate en torno a la manera como la megaminería iba a penetrar en el Ecuador durante el gobierno del vende patria Correa, algunos de los que ahora están detrás de los Yasunidos secundaron al gobierno, pues fueron asesores en temas de ecologismo en la “constitución más verde mundo”, como ellos mismo nombraban, y después se declararon opositores del correísmo.
Estas ONGS desde un principio se opusieron a que las organizaciones populares se organicen. Fue así que una ONG, que tenía sus negocios, sus proyectos supuestamente antimineros, se opuso a que comunidades, pueblos y campesinos organizados formemos la Coordinadora Nacional en Defensa de la Vida y la Soberanía, que era una agrupación de campesinos que nos oponíamos a los proyectos de mega minería. Las ONGs nunca trascenderán más allá de desviar, amortiguar, ser colchones para que no se desarrolle la conciencia popular, nosotros siempre nos hemos enfrentado a ese amarillismo y apoliticismo que han pretendido llevar a las masas. Desde un inicio dijimos que la lucha ambiental es fundamentalmente una lucha antiimperialista. Pues corporaciones imperialistas, sean yankees o chinas, no entran así por así a nuestros países, pues funcionan desde una dinámica de dominación y control de territorios con recursos naturales. Esto ni siquiera depende de un gobierno semicolonial de acá, sino de toda la dinámica mundial de control del capitalismo imperialismo.
Es por eso que uno de los aportes importantes que hemos hecho a la lucha ecológica fue el movimiento antiimperialista antiminero que se dio desde 2006 hasta 2013, y que contribuyó a desarrollar una conciencia antiimperialista ambiental. De ahí que en respuesta a la estrategia de las ONGS para posicionarse como las campeonas mundiales de la “resistencia contra la explotación petrolera” para conseguir sus negociados, también surgieron organizaciones sociales consecuentes como el Bloque Proletario para hacer frente a estos farsantes. Fue así como aparecieron otras voces que trascendieron más allá del ecologismo estrecho que no muestra las causas del saqueo de los recursos naturales, pues para ser realmente un ecologista honesto, tienes que comprender que esto va ligado de la economía, es decir ecología y economía no están separadas. La economía es tan dinámica que va a determinar las políticas ecológicas de tal o cual sociedad con su respectivo modo de producción. El movimiento proletario en este sentido denuncia que el capitalismo aparte de explotar a los seres humanos, también explota a la naturaleza.
En cuanto al reformismo, es la posición que busca gradualmente hacer cambios dentro del mismo marco de la democracia burguesa; utilizando al mismo Estado embaucan a la gente diciéndole que “la democracia puede extenderse un poco”, que “si la gente estuviera en la junta parroquial o en la alcaldía” se puede cambiar el sistema pues “ahora eres progresista” ¡Pero esto es una farsa extrema! Hay varios ejemplos sobre la forma patética en la que proceden. En la provincia de Morona Santiago quien domina las juntas parroquiales, la alcaldía y las prefecturas es Pachakutik. Es decir, son parte del poder central, por eso cuando ellos hablan de reivindicar un “Estado plurinacional”, debemos comprender que es una forma a través de la cual buscan una parte de la tajada del Estado burgués, incluirse en él.
Sabemos que lo que marca al Estado es su carácter de clase, y esto es un aspecto fundamental. El reformismo juega el papel de ser la avanzada de la burguesía, haciendo creer al proletariado que, usando el mismo Estado reaccionario burgués y las elecciones, se logrará un cambio paulatino. Pachakutik-Conaie es un claro ejemplo de reformismo en su máxima expresión, se trata de uno de los movimientos que más retrasó la lucha proletaria en el Ecuador. Integrados al poder del Estado burgués, en varias provincias durante mucho tiempo, lo único que buscan es posicionar a sus caciques en los espacios y niveles de poder, para agrandar sus bolsillos y tener riquezas. Muchos de ellos han usado la lucha ecológica de pueblos y comunidades, presentándose como “líderes”, “señores de la lucha por el agua y la naturaleza”. Tenemos como ejemplos al candidato presidencial Yaku Pérez, y en la provincia de Zamora Chinchipe a Salvador Quishpe, que a través del disfraz de “luchadores” construyeron su trampolín para camuflarse en las luchas de las comunidades campesinas y sacar provecho. Son farsantes y los pueblos que hemos estado en la dinámica de la lucha genuina los reconocemos perfectamente.
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