Las consultas populares han sido utilizadas históricamente como mecanismos de legitimación política de los gobiernos de turno para mejorar su aceptación en la opinión pública, introduciendo temas supuestamente de interés general pero que no cambian nada de fondo.

Tratan de trasladar el escenario de la lucha de clases a una instancia inútil e inofensiva para las estructuras de poder. No es más que un botín político en el que el gobierno busca mejorar su imagen y controlar ciertos sectores para blindarse políticamente.

Por eso nosotros no caemos en este juego estéril, no auspiciamos ni el si, ni el no, rechazamos directamente la farsa electoral y los intereses politiqueros y oportunistas que están en disputa.

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